La taxonomía de Bloom se creó con el fin de ordenar jerárquicamente
los procesos cognitivos.
Bloom organiza 6 grandes categorías que representan
los diferentes modelos de pensamiento desde los más simples a los más
complejos. (Memorizar, Comprender, aplicar, analizar, crear y evaluar)
Bloom asocia a cada categoría unas determinadas acciones que
nos facilitarían la labor de establecer objetivos didácticos en nuestras
actividades así como la evaluación.
En el año 2001 se actualizó está teoría y tuvo lugar un
cambio en la jerarquización. Se intercambiaron las posiciones entre crear y
evaluar, considerándose a partir de ahora la creación como el proceso más
complejo.
Esta clasificación no toma en consideración los nuevos
objetivos, procesos y acciones que se deriva del auge de las TIC en educación,
por lo que es necesario realizar un nuevo cambio en 2009.
Este cambio vino de la mano de Andrew Churches. La taxonomía
sufrió un proceso de digitalización.
Las habilidades de pensamiento fueron divididas en 3 grandes
apartados, como veremos en la siguiente imagen:
A partir de esta clasificación Churches propone nuevas
actividades relacionadas con las nuevas tecnologías. Algunos ejemplos son:
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